lunes, 4 de marzo de 2013

Plantas de interés apícolas
Potencial apícola de la Flor Amarilla
La importancia nectarífera de esta especie es sustancial ya que produce importantes volúmenes de miel monofloral.

Por Elián Tourn


La “Flor amarilla”, Diplotaxis tenuifolia L., es una maleza difundida en la región semiárida pampeana que pertenece a la Familia Brassicaceae. Es una especie europea ampliamente distribuida en el mundo, introducida en Argentina como melífera en 1923 en la localidad de Darregueira (Prov. de Buenos Aires), región a la que pudo adaptarse  gracias a su capacidad para desarrollarse en suelos arenosos, calcáreos y secos.
Desde el punto de vista apícola, la flor amarilla ofrece como recompensa floral néctar y polen. La importancia nectarífera de esta especie es sustancial ya que produce importantes volúmenes de miel monofloral. Sin embargo, existen importantes variaciones en los volúmenes de miel de flor amarilla a lo largo de los años, donde Marzo y Abril son los meses de mayor entrada de néctar.

Para introducirnos en el tema debemos conocer ciertas cuestiones botánicas de la planta. Esta posee flores hermafroditas, dispuestas en racimos con pétalos de color amarillo brillante y seis estambres, responsables del aporte de polen, en dos ciclos, el exterior con dos estambres cortos en posición transversal y el interior con cuatro más largos en dos pares. Se destacan cuatro nectarios verdeoscuros, fácilmente accesibles para la abeja, dos en posición abaxial de los estambres cortos “nectarios laterales” y uno estipiforme frente a cada par de estambres largos “nectarios medianos”. Los nectarios laterales producen el 95 por ciento del néctar, y este tiene una relación  más alta de glucosa/fructosa (1,0-1,2) que la de los nectarios medianos (0,2-0,9) dentro de la misma flor. 

Los factores considerados para estimar el potencial melífero de una especie incluyen estudios de producción de flores y cantidad de néctar por flor, y a su vez deben considerarse los diferentes factores ambientales que afectan estas variables.
En cuanto a la producción de flores en la región semiárida pampeana, la flor amarilla posee un periodo de floración muy largo que normalmente se extiende de Octubre a Abril. Sin embargo, esta floración no es constante a lo largo de los siete meses, se distinguen claramente dos curvas de floración, separadas por el mes de enero en el cual solo muy pocas plantas producen flores. A su vez ambos picos de floración son diferentes, el de primavera se extiende según las condiciones climáticas durante 80 a 90 días, sin embargo la curva de floración otoñal tiene una duración aproximada de 45 días. Esto se debe a que normalmente en la primavera la inducción floral entre las plantas es muy despareja observándose que en un potrero desde que se induce la primera planta hasta la última suelen pasar 60 días. En cambio, en el otoño, este tiempo se acorta a unos 15 días. Este fenómeno se explica por la preferencia de la flor amarilla para florecer en condiciones de días que se acortan y a temperaturas cercanas a los 25 grados y parejas entre los días, condiciones normales en el Sudoeste Bonaerense para los meses de Marzo y Abril.
Por otro lado, las plantas en el otoño ramifican mucho más que durante la primavera, situación que afecta sensiblemente la producción de flores debido que estos tallos son los que dan origen a los racimos. Esta situación es una consecuencia de los fenómenos comentados anteriormente y de la menor competencia que la flor amarilla recibe de otras malezas.
Un aspecto importante para el apicultor, es la cantidad total de flores que produce un racimo primario, la cual ronda en las 40. Si se tiene en cuenta que en promedio estos abren 1,4 flores diariamente y que esta tasa no se modifica sensiblemente por las condiciones ambientales, puede calcularse fácilmente los días que quedaran de floración en un potrero dado sólo en la floración otoñal.
En cuanto a la producción de néctar por flor, el apicultor debe conocer la dinámica de secreción a lo largo de la vida de la flor y los factores ambientales que inciden en la cantidad secretada. 
En el Laboratorio de Estudios Apícolas (LabEA) de la Universidad Nacional del Sur se estudió la dinámica de secreción del néctar a lo largo de la vida de la flor y la influencia de su colecta por parte de la abeja en la ¨flor amarilla¨. La secreción de néctar cesa luego de 15 horas de la apertura de las flores, la cual coincide con el alba. El momento de mayor producción es durante la salida del sol, momento en el cual también las mismas expanden por completo sus pétalos y dejan el polen disponible para las abejas.  A continuación de este suceso la tasa de secreción se reduce lentamente hasta detenerse durante el atardecer y en la mañana siguiente estas flores no vuelven a producir néctar. Las flores a las que las abejas no les remueven el néctar muestran una reducción en la cantidad de azúcar, denotando una resorción por parte de los nectarios del 54 por ciento si ningún polinizador visita la flor en las primeras 6 horas y del 100 por ciento para el atardecer. Este fenómeno afecta seriamente a la colecta de néctar por parte de las abejas, debido a que si estas no pecorean las flores durante la mañana por factores ambientales (temperatura, viento, etc.), estas encontrarán sólo una pequeña proporción del néctar que potencialmente podrían haber colectado. 
Los factores ambientales afectan seriamente la secreción de néctar en la flor amarilla. La variable que incide de manera más notable es la humedad relativa del aire. Para que las flores secreten néctar necesitan que el aire se encuentre cerca de la saturación durante las primeras horas de la mañana. Por otro lado, la temperatura afecta de manera directa aumentando la cantidad de néctar secretada cuando esta aumenta. A su vez, esta afecta de manera indirecta, modificando la humedad relativa, dado que su relación es inversa. En condiciones normales, el momento del día en que se registra menor temperatura (alba) coincide con el nivel más alto de humedad relativa y viceversa en el momento más cálido (horas después del mediodía). Tanto las horas de luz del día como la humedad del suelo no modifican directa y significativamente la tasa de secreción. Sin embargo esta ultima afecta indirectamente la secreción, aportando humedad al aire y generando condiciones optimas para el desarrollo de las plantas. En condiciones de baja disponibilidad hídrica, la ¨flor amarilla¨ aumenta la concentración del néctar sin disminuir significativamente la cantidad de azúcar secretada, siempre y cuando la humedad relativa sea alta, situación muy poco común en la región. 
Analizando estos conceptos se puede deducir que el día óptimo para que haya una ¨buena entrada de néctar de flor amarilla¨ son los días en que en las primeras horas de la mañana tanto la humedad relativa y la temperatura son altas. Esta situación solo ocurre en la región los días tormentosos. Dado que esta situación es esporádica, solo observaremos una gran entrada durante ese día sin que signifique que continuara durante los días posteriores. Una situación más probable de que ocurra durante varios días de manera consecutivos y en la cual se registra una muy buena entrada son los días soleados, sin viento (factor que afecta sensiblemente a la humedad relativa), buena humedad de suelo (de manera que las plantas se encuentren vigorosas y de que a su vez este aporte humedad al aire) y una temperatura moderada (de manera que favorezca una alta humedad relativa).
Fuente: www.api-portal.com.ar

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